Blog de un aficionado al vino. Un paseo simple a través de mis aficiones, un punto de vista personal en un instante determinado. Siempre dispuesto a aprender, disfrutar y compartir.

viernes, 31 de julio de 2015

En Londres: Brawn, Sager + Wilde, The Winemakers Club, Elliot's Café, 40 Maltby Street... (3ª Parte)



Durante nuestra estancia de ocho días en Londres percibimos una ciudad muy moderna, donde abundan locales muy atractivos, muchos de ellos con un estilo que me pareció más neoyorquino que europeo. El siguiente bloque de restaurantes o wine bars que visitamos en la ciudad también nos dejaron una muy buena impresión. Realmente lo pasamos muy bien.


El logo de este restaurante es una botella de vino tuneada con aspecto de cerdito, aquí hay vino y comida. Está localizado en el este de Londres, en una esquina de Columbia Road. De la extensa carta de vinos naturales elegimos Avis de Vin Fort 2013, una de las más representativas botellas del domaine Catherine et Pierre Bréton, cuya etiqueta vemos enmarcada en tamaño poster en muchos de los bares de vinos naturales que visitamos. Es un vino sin complicaciones, con acidez, fruta especiada, no me mató pero quería probarlo. En cuanto al restaurante, se come bien, tipo bistrot.





Situado muy cerca del anterior restaurante, en Hackney Road. Es un pequeño local muy bonito y moderno. Su carta de vinos está poblada de numerosas referencias. También disponen de algunos vinos por copas, probamos Timorasso Derthona 2012 de Walter Massa, Piemonte. Un buen vino, timorasso es la uva, no es la primera vez que lo pruebo y me ha vuelto a gustar. También Zinfandel Lammershock 2012, de Swartland, ahumado en nariz, recuerdos de cerezas en boca, me gustó más de lo que esperaba. Usan copas zalto.

En cuanto a comer, yo no me perdería alguno de los sandwiches que elaboran, el de queso a la parrilla es sencillo y sabrosamente delicioso.





  

A unos 15 minutos a pie de Sager & Wilde, en Hackney, en Broadway Market, podemos echar un vistazo a una interesante tienda de vinos, Noble Liquor. Tienen una selección de pequeños productores, por ejemplo vinos del Loira como los de Julien o de Etienne y Claude Courtois. Veo que por aquí tienen muy buen gusto. También algunos vinos italianos, el Amphora  2010 de  Cristiano Guttarolo es una compra muy oportuna, uva primitivo, fermentación en ánfora, denominación Puglia. Tienen otra tienda en Hoxton.




Sin irnos de la zona, 15 minutos más al norte, encontramos este restaurante de reciente apertura, de los mismos propietarios que el Elliot's Café, local que también visitamos. Además de restaurante funciona como Oyster Bar, incluso con horario de happy hour para degustarlas a mejor precio. Vale la pena su selección de ostras, todas criadas no lejos de aquí, aunque una de ellas de raza japonesa, según nos informa Mireia, la sumiller española, de Barcelona. Probamos ostras de río recolectadas en Essex, al noreste de Londres, otras cosechadas en Gales o en Irlanda. Cada una presentaba unos matices diferentes. Las sirven con salsas de tres tipos, a base de yozu, cilantro y chalota.

Para acompañar tanto sabor a mar y umami, entre los vinos de la carta por copas, elegimos el orange wine de Le Coste, y un pinot gris de Julien Meyer. Naranja amarga, albaricoque seco, orejón, percibimos en el italiano, sin embargo no es de los oranges que más me han gustado; el alsaciano se muestra seco en boca para lo que se espera al olerlo, resulta muy interesante.





Tienda y bar (fotografía de cabecera). Situado bajo los arcos abovedados del viaducto de Holborn, en Farrington Street. Recomiendo visitarlo, ya me lo aconsejó un amigo inglés. Gestionado desde hace unos diez meses por Colin y John, nos comentaron algunos de los vinos que representan, todos de pequeños productores, muchos importados por ellos mismos. Degustamos un par de copas, tienen algunas máquinas de degustación.

Me gustó mucho el vino de Francesco Guccione, de Monreale (Palermo), tanto el blanco, Bianco di Cerasa BC, del 2013, trebbiano y catarratto principalmente, como el tinto Machado V, también del 2013 y mezcla de nerello mascalese, la blanca trebbiano y otra más, tinta, creo que perricone, variedad autóctona siciliana. Todo un descubrimiento para mí el trabajo de este productor.



Uno de los restaurantes que más fama ha alcanzado, por sus vinos naturales y su comida cuya materia prima proviene del mercado de Borough, situado justo enfrente. El vino es 100% natural seleccionado por Isabelle Gouteron, la primera mujer Master of Wine francesa y organizadora de la RAW Fair. El restaurante es pequeño, mejor reservar.

Atendidos muy amablemente por Yves, sumiller de origen francés, nos decidimos a probar una botella de California, Love Red 2013 de Broc Cellars. Carignan en un 83%, también valdiguié, no conozco esta uva, y un pequeño 3% de petite sirah. Especiado, entra bien, buena acidez, vertical, con la carne funciona perfectamente. Yo probé su famosa Elliot's Cheeseburguer, buena carne, muy sabrosa, acompañada de unas Fried Mari Pipers, variedad de patata muy extendida por aquí. En este restaurante tienen parrilla de leña y ofrecen algunos platos a compartir basados en carne de vacuno secada y envejecida durante 40 días.

De postre, Poached rhubarb, orange wine syllabub & crumble. El ruibarbo me encanta, siempre pido, si lo hay, el postre que tenga esta planta. El vino naranja que utilizan en esta receta es Don Chisciotte, de uva fiano, zona Campania, su elaborador es Azienda Agricola Pierluigi Zampaglione. Una composición riquísima.







Bajo los arcos del puente del ferrocarril que conduce a la estación de London Bridge se localiza este restaurante, en la calle del mismo nombre. Solo abre cuatro días a la semana y no toma reservas. Está en el barrio de Bermondsey.

Ofrecen algunos vinos por copas, nosotros pedimos una botella, Le Groll'n roll 2013 de Sébastien Dervieux, alias Babass. Un vino de 10 % de graduación y con sulfitos naturales, indica en su etiqueta. De todas formas, su pétillant Brutal!!! de chenin sigue siendo su vino que más me gusta, un vino no rock' and roll sino punkie. Esta grolleau se muestra muy fácil de beber, como agua de manantial y gran turbidez a la vista.


40 Maltby Street es un lugar moderno y con encanto, trenes rodando por encima, gran vino y comida elaborada al momento en la pequeña cocina abierta a la vista. El local es propiedad de Gergovie Wines, importadores de vino, así que la lista y variedad de buenos vinos a elegir es larga.

Aquí nos enteramos del evento que organizaban al día siguiente, a pocos pasos: Tasting Spring. Una feria de vinos donde estarían presentes algunos de los productores con quienes trabaja Gergovie Wines, sumados en esta ocasión a los de Tutto Wines, otra empresa importadora y distribuidora que la componen en realidad únicamente dos personas, italianas, y que están realizando un enorme trabajo en Londres, la presencia de los vinos  que representan está muy extendida por los locales más interesantes de la ciudad.

Nos invitaron a que asistiéramos. No nos lo perdimos.

Vicente

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lunes, 27 de julio de 2015

Antidote, The Remedy, Bar Pepito... Wine bars en Londres (2ª Parte)



Seguimos disfrutando de esta ciudad, de su ambiente y de sus locales. La encontramos cambiada en comparación a nuestra última visita, hace algunos años. Londres ha mejorado. Los barrios están más cuidados y sus inmensos parques siguen siendo una envidia, te sumergen inmediatamente en la naturaleza en medio de la gran ciudad. Además, si el buen tiempo acompaña todavía es todo más atrayente.


Uno de los restaurantes de vinos naturales más conocidos. En pleno Soho, junto a Carnaby street. La planta baja, ground floor, es el wine bar; en el primer piso está el comedor. El menú diario tiene buen precio y la carta de vinos es bastante extensa. Yo le había echado el ojo a una botella de Henri Milan, Papillon Rouge 2013 (fotografía de cabecera). Sans soufre ajouté indica claramente en su etiqueta. Había leído sobre alguna botella de este vino que no había salido muy bien, no en este restaurante, yo he de decir que me pareció muy bueno, igual fue el día ideal para beberlo. Un vino de la Provence con agradables notas especiadas, intensa fruta e increíblemente fresco, casi lo acabamos con las entradas, los primeros platos. Somos dos en mesa, como durante todo nuestro viaje.


Fuimos atendidos magníficamente por María, quien nos recomendó probar unas copas del Moelleux Jurançon 2013 de Domaine de Souch. Suave y elegante, bien de acidez y aunque en nariz le falta cosas, principalmente tiempo, su potencial de guarda es grande. Nos cuentan la historia de esta bodega, cuya propietaria, actualmente de 87 años, elaboró su primer vino a los 71 cumpliendo el sueño de ella y su marido, fallecido poco antes.


Bar y tienda, hay varios en la ciudad: Farringdon, Soho, Marylebone... Nosotros entramos en los dos primeros. Se tratan de locales que no están nada mal, lo comprobamos de la siguiente forma:

En el de Farringdon probamos unas copas de Sequillo 2013, de la bodega del mismo nombre, un vino de Swartland de variedades blancas (chenin, clairette, viognier...) y 12 meses de crianza en foudres, que acompañamos con un excelente queso azul inglés. En nuestra segunda visita, en el de Soho, disfrutamos del Amontillado Goyesco de Rodríguez La Cave (Delgado Zuleta), unas copas junto a un plato de jamón de Teruel. Así da gusto. 

En ambos locales vi interesantes referencias y mucha variedad entre sus vinos expuestos en las estanterías.




No creáis que solo comemos y bebemos, también paseamos o callejeamos y visitamos varios de los museos de la ciudad. En Londres se encuentran algunos de los más importantes del mundo, y además son gratuitos. British Museum, Tate y National Gallery son de sobra conocidos, también el Victoria and Albert Museum o el Natural History, sin embargo hay otro, tal vez no tan popular, que es nuestro preferido en Londres: John Soane's Museum. Pequeño y encantador, ocupa dos antiguas casas victorianas comunicadas donde se exponen las colecciones de pinturas y antigüedades que reunió este arquitecto, Sir John Soane, durante su vida (1753-1837). Repleto de curiosidades, la casa-museo presenta un peculiar gusto ecléctico y excéntrico que resulta fascinante. Está ubicado en el distrito de Holborn.

Si tuviera que elegir personalmente únicamente 5 museos, los 5 que me han parecido más impactantes de los que he visitado en Europa, éste sería uno de ellos. Y los otros cuatro: Louisiana, cerca de Copenhaguen, el museo más bello; Vasa Museum en Estocolmo, hay que entrar a verlo, no adelanto nada; Galería Borghese en Roma, Bernini es espectacular; Musée Rodin en París, uno de mis rincones en esa ciudad, y de regalo, alguno de los museos belgas donde se expone la magnífica pintura flamenca.

Tras este intermedio, seguimos enumerando nuestras visitas en Londres.


En el extremo del barrio de Fitzrovia, al norte del Soho y muy cerca del fabuloso Regent's Park, se encuentra este pequeño wine bar, uno de los que más me gustó. También el vino que pedí fue uno de los que más disfruté de toda la semana, Novello 2013 de Tom Shobbroock. Tuve suerte, me abrieron la última botella de la que disponían. No sé aún si es sangiovese su uva, Tom trabajó durante años en Italia, de cualquier forma, fue abrirlo y disfrutar de un campo de flores. Vertical y fresco, tiene materia, buena acidez, es largo. Me huele también a ploussard, pero de Overnoy, el color es casi idéntico. Un tinto de color rosado. Bonito, bello, precioso vino australiano, este en concreto es de la zona de Adelaide Hills. En Australia también elaboran buen vino natural.


En este wine bar ofrecen también vinos por copas, entre otros, el Racines blanco de Courtois. ¡Qué nivel!

Conversamos con el sumiller, Renato, originario de Cerdeña, un enamorado del vino y de la botella que hemos abierto. Nos invita a probar una copa de un orange wine, macerado durante 5 días en sus pieles, Nottediluna 2013 de Ca' de Nocci, Emilia Romagna. De 11,5% de graduación y variedades moscato giallo, spergola y malvasía aromática. Parece que hay una fiebre en el mundo anglosajón por el orange wine, suelen tener varias referencias en casi todos los sitios que acudimos. Este de Emilia Romagna está bastante, bastante bien.


Entre los pequeños platos que preparan, uno de los que más nos gustó fue el Smoked duck, fennel & orange salad (pato ahumado con ensalada de hinojo y naranja).

No pude evitar irme sin darme un último gustazo, unas copas de Madeira de edad mediana: Oliveiras Sercial y Terrantez, 1969 y 1977. Con más materia el Terrantez, más mineral el sercial. Fantásticos los dos, no me hagáis elegir.



Sherry & tapas bar. En la zona de King's Cross. Fue mucho mejor de lo que me esperaba, extraordinario ambiente dentro y fuera del local, muy buena selección de vinos de Jerez y también de tapas representativas de toda España. Probamos un plato de magnífico jamón, y otro de morcón, ambos ibéricos de bellota, también pedimos queso idiazábal. Para beber, Tío Pepe en Rama 2015, ya lo tenían, y una copa de Manzanilla Pastrana. ¡Qué más se puede desear! Por cierto, el precio, tal y como están las cosas por aquí, no está nada mal.


Me alegro de que triunfe así un bar con muy buenas referencias de jereces en pleno Londres. Estos vinos se lo merecen.

domingo, 26 de julio de 2015

Terroirs, Ducksoup, The Culpeper... De vinos por Londres (1ª Parte)



La oferta londinense respecto a bares y restaurantes que destacan por su atención hacia el vino es realmente impresionante. Las listas de vinos incluyen numerosas referencias de pequeños productores que trabajan con el mayor respeto posible hacia su entorno y una mínima intervención en bodega. Esta ciudad, es desde hace algún tiempo, una de las capitales mundiales del vino natural, las otras bien podrían ser San Francisco, Nueva York, Tokio y por supuesto París, Lyon y varias ciudades francesas.

Londres está llena de locales donde probar interesantes vinos, algunos de ellos poco comunes. La pega son los precios, siempre muy altos, aunque bajan bastante comprando las botellas para llevártelas. Por suerte, en España, Francia y pocos lugares más, todavía podemos optar a beber vino a un precio menor.

En general, la selección de vinos italianos y franceses es muy extensa y francamente excelente, también destacan los vinos del nuevo mundo, sobre todo de Sudáfrica, y podemos encontrar algunos españoles.

Nosotros realizamos en pocos días un recorrido por algunos de los wine bars y restaurantes que destacan actualmente, son los sitios donde iríamos y repetiríamos si viviéramos aquí.


El primer wine bar que visitamos en nuestra estancia en Londres. Localizado muy cerca de Trafalgar Square. Llegamos algo tarde, a partir de las 3 de la tarde cierran la cocina hasta la noche. No hay problema, nos avisan que ya no sirven platos calientes pero sí diversas tablas de charcutería y de quesos, y por supuesto vinos. Está claro que éste es uno de los principales lugares de la ciudad para beber vino natural, tienen una selección extensísima que dan de por sí ganas de volver, unas 250 referencias. Trabajan con Les Caves de Pyrène, uno de los más importantes importadores y distribuidores.


Elegimos una botella de Moussamoussettes, un pétillant rosado del domaine Agnès & René Mosse elaborado principalmente a partir de grolleau gris utilizando el método ancestral, vinos que frecuentemente son referidos como pétillants naturels o pet' nats. Huele muy bien y mejora, notas de frutos rojos, compota, hierbas... Ligeramente dulce, con un poco de azúcar residual casi imperceptible gracias a su acidez, nos gusta, además ça pétille! Salami, rillette de pato y varios quesos, entre ellos un buenísimo queso de vaca irlandés, cashel blue, acompañó el vino.

Nos informan que uno de sus restaurantes hermanos ha cerrado recientemente, Green Man & French Horn. Iba a ser el siguiente en visitar, una pena. Sí permanece abierto Soif, en el barrio de Batersea, y Brawn, en Hackney, este último nos dicen que con otros propietarios. También nos cuentan que han abierto uno nuevo del mismo grupo, Toasted, al sureste de la ciudad, en el barrio de East Dulwich. Tomamos nota.


Sopa de ganso, como el título de la película de los hermanos Marx. Localizado en el Soho, un barrio repleto de locales donde comer. Este restaurante es estrecho, incómodo y enano; todo ello inversamente proporcional a lo bien que se come. Delicioso el estofado de pierna de conejo con hinojo, tomates de la variedad riccio fiorentino y lentejas de Casteluccio; también exquisita la codorniz a la brasa con menta, habas y farro (uno de los primeros cereales conocidos). De postre, tarta de níspero y almendras (por aquí gustan mucho) y fresas con nata, nata tan densa que parecía mantequilla. 


De beber, esta vez por copas, nos proponen un pétillant italiano, Frizzante Pignoletto Sui Lieviti 2013 de la bodega Orsi San Vito, IGT Emilia-Romagna. Pignoletto es su uva, muy turbio, refrescante, notas cítricas, muy interesante. También elegimos unas copas de Lamie Delle Vigne 2010 de Guttarolo, ¡qué bueno!, fruta golosa. Su uva, primitivo; su denominación, Puglia.

Tienen otro restaurante mucho más amplio, Raw Duck, en Hackney, al este de Londres. Iremos en cuanto podamos.


Uno de los barrios de moda es Shoreditch, cerca de la estación de Liverpool Street, donde abundan antiguos almacenes de industria textil. En esta zona encontramos mercados muy transitados como el de Spitalfields o el de Brick Lane, a los que por supuesto vale la pena visitar. Cerca de ellos se encuentra The Old Truman Brewery, en uno de cuyos espacios se celebra entre otros eventos la RAW, una de las más importantes ferias de vinos a nivel internacional. En este barrio visitamos cuatro de los restaurantes que teníamos seleccionados en nuestra lista:


Localizado frente al mercado de Spitalfields. Entramos a tomar una copa, el vino que elegimos estaba bien, L'hurluberlu 2013 de Sébastien David, AOC St Nicolas de Bourgueil. De fruta intensa y retrogusto a hierbas frescas y regaliz, cabernet franc en maceración carbónica. El local también es muy chulo, sin embargo, he de decirlo, las copas que utilizan son del grosor del culo de las botellas, de bodas, bautizos y comuniones de antaño o de chino de polígono. La comida tiene muy buena pinta, pero comer y no beber a gusto no me agrada. Así que, volvimos, solo para desayunar. Si logras acabarte su Old Spot Bacon Sandwich, es posible que no necesites volver a comer en todo el día. Y lo mismo digo con el enorme tazón de granola, youghurt and honey.


Tienen un par más de restaurantes y también una panadería. En todos venden pan elaborado por ellos.


A unos pasos del St. John, en la misma calle, está The Culpeper, un bonito pub de estilo actual por dentro y fachada muy londinense. Con buena música de fondo, generalmente es así en todas partes. Se come bien y los vinos son interesantes. Junto al pan ofrecen una mantequilla de anchoas. Comimos pierna de cerdo asado y tarta de espárragos y berenjena. El kilo de costillas asadas de carne de vacuno secada y envejecida durante 35 días creo que hubiera sido demasiado solo para nosotros dos. La guarnición, como en otros sitios de Londres, es variada, cauliflower cheese, peas, salad, Yorkshire pudding, sauce apple y por supuesto las famosas Jersey Royals.



Nos apeteció pedir una botella de Rafa Bernabé, Tragolargo 2013, monastrell fresco, vertical, de trago largo, sabe igual de bien en Londres.

Nos comentan que tienen vinos bag in box, de 5 litros, tanto el Raisins Gaulois 2013 de M. Lapierre como otro tinto de Vignerons d'Estezargues, cooperativa localizada al sur del Ródano. Han comprobado que se conservan perfectamente durante 5 días, además encuentran más ecológico el envase.




Pastificio o fábrica de pastas. Aquí es aconsejable reservar, hay muy pocas mesas. La pasta es fresca, fresca de verdad y sabrosa, nos pusimos las botas. Junto a los platos, entre los que destacó el Parppadelle con ragu bianco di coniglio y parmesano reggiano de 24 meses rallado, probamos varias copas:


Vermouth Bianco de Mauro Vergano, tal vez demasiado dulce, y Americano, vino aromatizzato que probamos por primera vez hace unos años en uno de nuestros restaurantes preferidos (Consorzio, en Torino). Se notan las hierbas, me gusta, servido únicamente con soda y piel de naranja, para empezar, es decir, de vermouth. Con el aperitivo de Pane, burro e acciughe (anchoas) abrieron el apetito.

Después, Adam 2011 Campania Greco, de Cantina Giardino. Muy bien este orange wine, cuatro días con sus pieles y aproximadamente un año en madera vieja. Creo que es un vino que acompaña perfectamente este tipo de pasta. Seguimos con Negroamaro 2013 de Cristiano Guttarolo, Puglia, botella abierta expresamente para servirnos una copa, es floral, sápido, sabe a fruta y tiene buena acidez. Finalmente, Le Fole 2011, Campania Aglianico, también de Cantina Giardino, con aromas a cuero al principio, necesita respirar, tiene cuerpo y pide comida, percibimos notas de regaliz y frutos rojos. Es un 2011 y joven. Vertical en todo caso.




Tanto greco como aglianico son variedades, blanca y tinta, que se cultivan en Campania. Negroamaro y primitivo son propias de Puglia, ambas tintas.

Tras el delicioso postre, Millefoglie con crema al mascarpone e mele allo zenzero (manzana y jengibre), nos invitan a una copa de Chinato, también de Vergano, un digestivo que sabe a hierbas, es dulce y amargo al mismo tiempo, medicinal.

Mauro Vergano elabora en Asti sus vinos aromatizados, vinos a los que añade diversos ingredientes, azúcar, alcohol y numerosas especias y hierbas aromáticas. Por suerte tengo sus botellas en casa. Pronto os contaré con más detalle.

Antes de irnos charlamos un rato con Serena, Lucca y Silvia, intercambiamos datos y opiniones mientras catamos otro vino al que nos convidan, un vino italiano pero que parece francés, del Beaujolais, Le primeur pour les filles 2013 de Le Coste, su variedad es aleatico.


Nos recomiendan otro vino que anotamos, Zibibbo 2011 de Nino Barraco, en Marsala, pero no dulce, deja la uva en maceración junto a sus pieles durante 15 días. Zibibbo, además del nombre de esta botella, es el nombre que recibe la moscatel de alejandría en la zona. Aprovecho para mencionarles un vino que recuerdo probar hace años en Milano y que no he vuelto a ver, casualmente me informan que lo puedo encontrar en una tienda localizada a unos escasos doscientos metros. Allá fuimos.


La tienda se llama Passione Vino y el vino Filari Corti de Azienda Agricola Carussin, de solo 5,5% de graduación, veo que ahora en la etiqueta se le exige la indicación de Mosto de uva parcialmente fermentado. Ya disfrutado en casa, no es un moscato cualquiera, nada empalagoso, fresco, sabe a pura uva de moscatel, recién mordida. Su dulzor es equilibrado. Muy rico.


Cerca de los tres últimos restaurantes comentados se encuentra este moderno restaurante. No teníamos hambre, pero queríamos echar una ojeada: bancos de madera de color naranja brillante, ventanas de cristal curvadas, la parte principal del restaurante es como un enorme tubo largo de vivo color. Tomamos una copa de Luli, elaborado también por Mauro Vergano, es un Chinato blanco, refrescante, y un café, de calcetín. Muy bien atendidos por Malú, napolitana, nos mostró su carta de platos y la de vinos. Vemos varias referencias españolas: César Florido, Comando G, Bernabé Navarro, López de Heredia, Suertes del Marqués, Recaredo... Apuntamos este restaurante para volver en otra ocasión.




Continuará...

Vicente

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