Blog de un aficionado al vino. Un paseo simple a través de mis aficiones, un punto de vista personal en un instante determinado. Siempre dispuesto a aprender, disfrutar y compartir.

domingo, 15 de marzo de 2015

Surtopía, Tasca Celso y Manolo, Vinoteca García de la Navarra, Taberna Laredo, El Padre... Madrid



Pienso que hay que visitar Madrid como mínimo una vez al año. Se trata de una ciudad multicultural, abierta y acogedora. Mérito todo ello de sus habitantes, nacidos aquí o llegados de toda España y de cualquier parte del mundo.

Centro de arte por sus museos y exposiciones, en nuestra reciente visita a Madrid no desaprovechamos la oportunidad de contemplar algunas de las obras de Alberto Giacometti (1901-1966) expuestas en la Fundación Canal hasta el próximo 3 de mayo. Sus esculturas de la figura humana siempre me han atraído. También hubo tiempo para recordar un pequeño y encantador espacio, el Museo Sorolla, localizado en la antigua residencia madrileña de este extraordinario pintor valenciano.

Pero, como sabéis, de lo que se habla en estas páginas es principalmente de vinos, así que contaré nuestro recorrido por algunos de los restaurantes de esta ciudad.

Viajando al sur

Sí, el sur siempre lo echamos de menos, y en Madrid podemos satisfacer nuestra añoranza comiendo en este restaurante gaditano. Sus "Tortillitas de camarones" son crujientes, nada aceitosas y muy ricas. También nos gustaron las "Sardinas maceradas en vinagreta de jerez", deliciosas, y pedimos "Urta al horno a la roteña". De postre: "Crema tostada de tocino de cielo y limón helado" y "Tarta de manzana al estilo El Olivo" (en honor a un anterior restaurante), ¡qué buenos!

Varias copas acompañaron: los aromas salinos de Manzanilla 11540 (el código postal de Sanlúcar), una selección de Bodegas Barbadillo en exclusiva para Surtopía; Fino Perla en Rama, buen fino de una pequeña bodega de Jerez, Blanca Reyes; La Bota nº 54 de Fino Macharnudo Alto del Equipo Navazos, no falla. Estoy enamorado de los vinos de jerez, vinos versátiles, compañeros de innumerables platos.


Y la estrella del día, una botella de Encrucijado 2012. Tengo una en casa, pero al ver en la carta de vinos esta referencia no tuve la menor duda en pedirlo. Sutil, elegante, floral, al beberlo notamos vainilla, también un punto graso, mantequilla, glicerina... siempre vertical y muy fresco. Una auténtica maravilla. Un vino elaborado por el enólogo sanluqueño Ramiro Ibáñez Espinar. Seis variedades autóctonas andaluzas, 50% de palomino viejo y el resto otras cinco variedades casi desaparecidas. Un vino único y diferente, embotellado en ese momento en el que el vino se clasifica para Palo Cortado sin ser de nuevo encabezado hasta 17 ó 18 grados. De ahí la marca de la etiqueta, la raya horizontal cortando la señal vertical del fino o manzanilla. ¡Ojo! Producción limitada de 685 botellas de 50 cl. Ahora alguna menos.


Fabuloso final en este rincón de Cádiz con unas copas servidas a ciegas, por gentileza del chef José Calleja. Un vino muy viejo, se trataba del VORS de Barbadillo Medium. ¡Una pasada!

Para repetir asiduamente

Cuando me enteré que disponían de unas 30 referencias de vinos naturales de diversos lugares del mundo y que sus productos eran de tanta calidad como los de la Taberna La Carmencita, son los mismos propietarios, me apunté esta dirección en la agenda. De hecho acudí dos veces en los tres días de nuestra estancia en Madrid.

Pequeño local en el que se está a gusto por el ambiente y la simpatía del servicio. Muchos platitos para disfrutar en una divertida carta: chuletón de tomate (yo repetí), taquitos de chuletón de vaca cántabra, chuletillas de cordero lechal, carpaccio de roast beef, empanadillas de Móstoles, pepitos de ternera, bocadillos de calamares... Todo muy bueno. Nos gustó.

Dos botellas abrimos en esta moderna tasca:


Tommy Ruff 2011 Barossa Valley. Mitad shiraz mitad mourvèdre de Tom Shobbrook. Ahumados, pieles, animal, carne, toques salados. Me recuerda algunos vinos de la Côte-Rôtie. La fruta no es una bomba. En boca es vertical, nada agresivo, fresco, directo. De color carmesí.

Lulu de Patrick Bouju, Domaine de la Bohème. Parcela de gamay de unos 60 años de la región francesa Auvergne. Subsuelo de origen volcánico. Fruta y frescura.

Algunos vinos quedaron pendientes para próximas visitas. Botellas de Olivier Cousin, Patrick Meyer (éste por copas también), Rafa Bernabé, Manuel Valenzuela... Buena selección.

¡Qué bien comimos!

La idea inicial de picotear algo en su zona de barra acabó en una excelente comida en su comedor.

Degustamos una copa de la Saca de octubre del 2014 de Fino Tradición para el aperitivo, deliciosas croquetas de jamón y de trufa. Qué más se puede desear para empezar.

Elegir una botella para acompañar la comida resultó difícil, conforme leía la carta más referencias interesantes aparecían, pero ante platos con tan buena pinta había que estar a la altura. Pur Sang 2010 de Benjamin Dagueneau fue la elección. Delicieux! El sauvignon hecho perfume, se te queda la nariz pegada y su elegancia en el paladar.

Respecto a la comida, el mejor producto que puedas encontrar. Nuestra comanda fue: "Menestra de verduras", recién preparada (cardo, borraja, judía y alcachofa); "Patatas a la importancia con rape", sabor; y una ración de pulpo sobre puré de patata, un pulpo tierno y sabroso difícil de igualar que estaba para hablarle y compartir la copa con él. ¡Qué bien comimos! 


Mi restaurante preferido

Imprescindible para mí visitar este restaurante cada vez que voy a Madrid. Siempre salgo con una enorme sensación de felicidad después de cenar en él, sensación que saboreo durante el relajante paseo de vuelta hacia el hotel, bordeando el Retiro, saludando a la Puerta de Alcalá y llegando al Paseo del Prado. También son sensaciones para el recuerdo.

Teníamos claro qué botella elegir para compartir entre los cuatro jóvenes amigos que acudimos en esta ocasión, Champagne Substance de Anselm Selosse. Sería para degustar en la sobremesa. El resto de vinos, y también los platos, los dejamos en manos de Miguel Laredo, siempre acertado y atento.


Fotografía de Juan Luis Vanrell, "El Ojo Público"

Para comer, a compartir, unos berberechos tan buenos como no recuerdo haber comido nunca, unos apetitosos molletes de mollejas rebozadas, pulpo a la gallega, fideuà, San Pedro a la plancha, chuletillas de conejo que cayeron como si fueran pipas de lo ricas que estaban y una selección de quesos. Fenomenal. Producto de primera calidad, como siempre.

Para beber, una chardonnay de perfil afilado, una chenin biodinámica, una mencía curiosa, una pinot noir deseada y una savagnin fabulosa. Finalmente el Substance degüelle del 2007: un fuera de serie, no es champagne, no es vino, es una puta locura, o para quien lo prefiera, la gloria bendita. Una botella de reclinatorio y para reclinarse. ¿He comentado que el degüelle es de hace 8 años?

Los vinos eran: Meursault 1er Cru Les Genevrières 2009 de Rémi Jobard, Les Rouliers 2012 de Richard Leroy, Lousas 2013 Ribeira Sacra de Envínate, Vosne-Romanée 2012 Méo-Camuzet, Château Chalon 2006 de Macle. Cada vez que salgo por la puerta de este restaurante estoy ya pensando en cuándo volver.


El Padre*

Antes de acudir a este conocido restaurante, especialmente para los aficionados al vino, nos acercamos a otro restaurante de reciente apertura, Alabaster, donde degustamos una botella ideal para abrir los jugos gástricos y el apetito, un champagne que no conocía y que me sentó de maravilla, Champagne Suenen Grand Cru, un Blanc de Blancs de Aurélien Suenen, vigneron instalado en Cramant. Tomo nota de este restaurante al que volveré para sentarme y disfrutar, bien en su zona de barra o en su sala de comedor.

Ya en El Padre, y con un grupo más numeroso, nos dejamos llevar por una cata a ciegas, seleccionada por David, propietario y sumiller. Flojos los blancos que nos sirvieron, entre las botellas que acompañaron los diversos platos destacaron Brise Cailloux 2011 Cornas de Matthieu Barret, Arbossar 2011 Priorat de Terroir al Límit y sobre todo un vino aportado por uno de los compañeros de mesa, Poeirinho 2012 DOC Bairrada, una novedad de Niepoort. Un vino expresivo y fresco cuyos viñedos se encuentran a nivel del mar, la variedad de uva empleada se denomina baga. Respecto al restaurante El Padre, habrá que repetir para inspeccionar y exprimir su bodega.

*(Nota a posteriori: este restaurante, El Padre, ha sido traspasado, los hermanos David y Mario Villalón regentan desde finales de marzo de 2016 un nuevo restaurante, Angelita Madrid, localizado en la calle de la Reina nº4, en el barrio de Chueca).


Como contaba al principio, Madrid es una ciudad multicultural, como el vino. Durante nuestros tres días de estancia hemos viajado a través de aromas y sabores de Sanlúcar, Jerez, Barossa Valley, Loira, Borgoña, Jura, Champagne... A la frecuente afirmación "en Madrid se come muy bien" añadiría "y se bebe muy bien".

Hasta pronto

Vicente

Enlaces relacionados: De tiendas y vinos por Madrid

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